martes, 23 de marzo de 2010

NO A LA VIOLENCIA CONTRA LA MUJER


Muchas mujeres huyen de casa llevando como único equipaje su vida; otras perciben amenazante figura y lluvia de insultos, y algunas saben que no verán un nuevo amanecer. Si bien la violencia doméstica es un problema creciente, todavía sigue acallado y se le resta importancia.
En México, según cifras oficiales, 47 de cada 100 mujeres en pareja han sufrido agresión —física, sexual o psicológica— por parte de su compañero y 7 de cada 10 víctimas de este flagelo volvieron a ser atacadas al menos una vez en 12 meses. Asimismo, 130 mil son lesionadas cada año con arma blanca o de fuego.
La violencia en el hogar no está asociada con la supervivencia del individuo, sino con la idea de superioridad que, de manera ancestral, se ha arraigado en los hombres, así como con la concepción de sumisión y obediencia transmitida a la población femenina.
“De esta manera, los varones se desarrollan y se desenvuelven en sistema de dominio y control que les genera condiciones para ejercer la violencia ante algún conflicto con su pareja. Se trata de cuestión ‘invisible’ para muchos de ellos, derivada del contexto social y cultural, pero también en relación con la responsabilidad personal”, señala el psicólogo Francisco Cervantes Islas, coordinador de la asociación civil Corazonar, Abriendo Senderos hacia la Reconciliación.
Y enfatiza que, en la actualidad, todavía hay personas que consideran que la mujer le debe obediencia al hombre. “Por tanto, el grado de sensibilidad sobre si hay o no violencia está condicionado por la conciencia femenina y la autocrítica masculina. Así, podemos encontrar gente que cree que el problema es menor, lo que se debe a que están sintonizados en ancestral cultura de dominio.”

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