martes, 22 de junio de 2010



domingo, 20 de junio de 2010

DICERES....














Los amigos son esa parte de la raza humana con la que uno puede ser humano. JORGE SANTAYANA.


















El amor es emoción, y el sexo, acción. - Madonna



















Caer está permitido. ¡Levantarse es obligatorio!. - Proverbio Ruso



















A veces pienso que la prueba más fehaciente de que existe vida inteligente en el universo es que nadie ha intentado contactar con nosotros. - Bill Watterson






















A las mujeres les gustan los hombres desesperados; si no los encuentran, los hacen. - León Daudi


sábado, 19 de junio de 2010

ADIOS CARLITOS.



















Carlos Monsiváis, figura imprescindible para entender a México.

Autodefinido como "un simple lector", el prolífico escritor mexicano Carlos Monsiváis, quien hoy murió aquí, utilizó como herramientas la inteligencia y la ironía y se caracterizó como una de las voces y plumas críticas y narrativas de la época actual importantes del país.


Personaje imprescindible para entender el México contemporáneo, Monsiváis se interesó por los más diversos temas; desde los más complejos, como el Movimiento de 1968, hasta personajes de la farándula como "Mario Moreno, "Cantinflas" o Pedro Infante, de quien se declaró admirador de su obra.

Sus innovaciones técnicas y la diversidad de registros que pueden observarse en sus textos, cambió la faz del género de la crónica de manera tal que ningún cronista mexicano posterior a él, está exento de su influencia.

Monsiváis nació en la Ciudad de México el 4 de mayo de 1938. Estudió Economía y Filosofía y Letras en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y desde muy joven colaboró en los más importantes suplementos culturales y revistas del país.

Se desempeño como secretario de redacción de las revistas "Medio Siglo" (1956-1958) y Estaciones (1957-1959). Ha hecho programas para Radio UNAM, como "El cine y la crítica", que se transmitió durante más de 10 años. Además de ser director de la colección de discos Voz Viva de México, de la máxima casa de estudios.

Monsiváis fue becario del Centro Mexicano de Escritores (1962-1963 y 1967-1968) y del Centro de Estudios Internacionales de la Universidad de Harvard (1965).

Su curiosidad universal, su eficaz escritura y su capacidad de síntesis le permitieron desentrañar los aspectos fundamentales de la vida cultural y política mexicana, por lo que gran parte de su obra se ha publicado en casi todos los periódicos del país o transmitido oralmente.

Sus crónicas, género que desarrolló con pasión, se han recopilado en diversos libros entre los que destacan "Principios y potestades" (1969), "Días de guardar" (1971) y "Amor perdido" (1976), este último basado en algunas figuras míticas del cine, la canción popular, el sindicalismo, la militancia de izquierda, los políticos y la burguesía mexicana.

"De qué se ríe el licenciado" (1984), "Entrada libre, crónicas de la sociedad que se organiza" (1987), "Escenas de pudor y liviandad" (1988) y "Los rituales del caos" (1995), son otras de sus crónicas sobre los más diversos temas.

También es autor del texto narrativo "Nuevo catecismo para indios remisos" (1982), además la biografía "Frida Kahlo: Una vida, una obra" (1992).

Entre sus ensayos se encuentran "Características de la cultura nacional" (1969) o "Historias para temblar: 19 de septiembre de 1985" (1988).

También es autor de la selección y el prólogo de las antologías "La poesía mexicana del siglo XX" (1966), "Los narradores ante el público" (1969), "A ustedes les consta" (1980) y "Jorge Cuesta (1986)".

Carlos Monsiváis, quien puso el dedo en la llaga de las heridas sociales con la más fina ironía y la más dramática puntera, se convirtió en ojo crítico inexorable para comprender las manifestaciones culturales del momento.

Su potencia creativa que le otorgó a la crónica permitió que se le considere no sólo un subgénero o género menor, sino que fue revalorado en el ámbito literario en México.

De acuerdo con sus críticos, su obra tiende a un doble registro: los movimientos sociales y los grandes personajes, la política y el espectáculo, la cultura popular y la alta cultura.

Para el autor, esta doble vertiente es inexistente pues no hay verdaderas fronteras entre tales fenómenos y contextos. De hecho, ya en su Autobiografía (elaborada a los 28 años de edad), escribió: "acepté esta suerte de autobiografía con el mezquino fin de hacerme ver como una mezcla de Albert Camus y Ringo".

El reconocimiento a su obra le llegó desde 1977, con el Premio Nacional de Periodismo, por el género de crónica y a la fecha se cuentan alrededor de 33 galardones, el útimo fue el doctorado "honoris causa" por la Universidad Autonoma de San Luis Potosí.

Sus aportaciones a la sociedad fueron múltiples, entre ellas el Museo del Estanquillo, que partió de su propia colección privada en el que lo mismo se le rinde homenaje a caricaturistas de la talla de Gabriel Vargas, con su famosísima "Familia Burrón" o Eduado del Río, "Rius" o bien a grandes genios del arte.

Su colección de más de 12 mil objetos que le llevó más de 30 años atesorarlos, le han permitido a este recinto realizar las más diversas curadurías donde la figura de Monsiváis siempre está presente de una u otra forma.

Entre sus más recientes trabajos literarios se encuentra el ensayo "Yo te bendigo, vida", sobre la vida y la obra de Amado Nervo, publicado en el 2002. Sin dejar de lado los innumerables cursos y conferencias que continúa impartiendo en México y el extranjero.

En marzo del presente año, presentó su más reciente libro, "Apocalipstick" en el que muestra a la Ciudad de México como una asamblea de lugares.

Desde hace varios años, Carlos Monsiváis había sostenido una batalla contra una fibrosis pulmonar que lo llevó en varias ocasiones al hospital. Era frecuente verlo en sus presentaciones con un tanque de oxígeno y sensiblemente cansado.

Entre sus aficiones, se encontraban sobre todo la lectura, los gatos que rondaban siempre en su domicilio de la colonia Portales, en la Ciudad de México y la cinematografía.

viernes, 18 de junio de 2010








miércoles, 16 de junio de 2010

POEMAS OCULTOS DE JIM MORRISON


















LOS BLUES.

Oh, ¿cómo fue posible que me hicieras esto a mí?
Dios, Testigo del gran
bailarín, tú eres un sátiro disfrazado
Así cruel e inútilmente
Tuerces mi vida
Descansaré aquí, robado, en el frío viento,
en el camino, hasta que la paz me cubra
de hielo,
y me santifique.
Grosero fantasma bastardo
¡Ah!, ¿quién viene ahora?



















ESTAR SOLO


Estar solo
y observar el alba
Podría originar
una canción tonta
Sobre una muchacha
que conocí
Era la estrella
del show del lado perdido
Ella no era yo
Ella no era tú
Créeme
Sabía qué hacer
y decirle a un hombre que
estaba en las últimas:
“Eh, Hombre elegante
y guapo, habrá un cambio
en el clima”
Entonces, ¿qué se supone
que debo hacer?
Simplemente sentarme solo
y mascar mi zapato
Necesitaba un amor
No más que ella
y sin embargo no menos
y sin remordimientos



















LA RAMERA SALVAJE RÍE.


La ramera salvaje ríe
como una antigua solterona
Vieja, te vemos, vuelve
a la mente
Yazgo como afiebrado
Bailando tu silencio núbil
deseando ser poseído
historias no dichas
que los indios se atrevan a alzarse
Pisoteados, como pieles rojas
sagrado prepucio
El cáncer comenzó c/el cruel golpe
del cuchillo y la vara
dañada se ha erguido de nuevo
en el Este
como una estrella
incendiada














UN VELORIO
Un velorio
Sacude sueños de tu cabello
Mi niña hermosa, mi dulce
Elige el día, y el signo
de tu día,
lo 1° que veas.
Un árbol quemado, como un gigantesco
pájaro primitivo, una hoja,
seca y amarga, crepitantes historias
en sus ondas cálidas.
Los dioses de la acera lo harán por ti.
La selva del vecindario,
El vacío museo perdido, y
La mesa, y el monte preñado
con su Monumento, encima del puesto de revistas
donde se esconden los niños
Cuando termina la escuela.

martes, 15 de junio de 2010

CUANDO SOLO EL DOLOR HABLA.....








lunes, 14 de junio de 2010

RAMAS DEL DERECHO. PRIMERA PARTE

El Derecho laboral (también llamado Derecho del trabajo o Derecho social) es una rama del Derecho cuyos principios y normas jurídicas tienen por objeto la tutela del trabajo humano, productivo, libre y por cuenta ajena. El derecho laboral o Derecho del trabajo es el conjunto de principios y normas jurídicas que regulan las relaciones entre empleador(es), las asociaciones sindicales y el Estado. El Derecho del trabajo se encarga de normar la actividad humana, licita. Prestada por un trabajador en relación de dependencia a un empleador a cambio de una contraprestacion.


El Derecho Civil es el conjunto de normas jurídicas y principios que regulan las relaciones personales o patrimoniales entre personas privadas o públicas, tanto físicas como jurídicas, de carácter privado y público, o incluso entre las últimas, siempre que actúen desprovistas de imperium. Se le puede definir también, en términos generales, como el conjunto de principios y normas jurídicas que regulan las relaciones más generales y cotidianas de la vida de las personas, considerando a las personas en cuanto a tal, como sujeto de derecho, o como aquel que rige al hombre como tal, sin consideración de sus actividades peculiares; que regla sus relaciones con sus semejantes y con el Estado, cuando este actúa en su carácter de simple persona jurídica y en tanto esas relaciones tengan por objeto satisfacer necesidades de carácter genéricamente humanas.


El derecho penal es el conjunto de normas jurídicas que regulan la potestad punitiva del Estado, asociando a hechos, estrictamente determinados por la ley, como presupuesto, una pena, medida de seguridad o corrección como consecuencia, con el objetivo de asegurar los valores elementales sobre los cuales descansa la convivencia humana pacífica.

El derecho mercantil (o derecho comercial) es el conjunto de normas relativas a los comerciantes en el ejercicio de su profesión, a los actos de comercio legalmente calificados como tales y a las relaciones jurídicas derivadas de la realización de estos; en términos amplios, es la rama del derecho que regula el ejercicio del comercio. Uno de sus fundamentos es el comercio libre.

Los derechos constitucionales son aquellos garantizados con rango constitucional que se consideran como esenciales en el sistema político que la Constitución funda y que están especialmente vinculados a la dignidad humana. Es decir, son aquellos derechos que dentro del ordenamiento jurídico disfrutan de un estatus especial en cuanto a garantías (de tutela y reforma). Es conocido el planteamiento filosófico-antropológico de que donde nace una necesidad surge un derecho; éste planteamiento tan lógico aparece por primera vez en obras como "La República" del gran filósofo Platón.

Los derechos constitucionales se clasifican en derechos fundamentales (de primera generación), derechos colectivos, y derechos sociales y del medio ambiente ( de tercera generación)

domingo, 13 de junio de 2010

MI JANIS.... OH MI JANIS





DITA VON TEESE





























































































































































































sábado, 12 de junio de 2010





















Hay besos que pronuncian por sí solos
la sentencia de amor condenatoria,
hay besos que se dan con la mirada
hay besos que se dan con la memoria.

Hay besos silenciosos, besos nobles
hay besos enigmáticos, sinceros
hay besos que se dan sólo las almas
hay besos por prohibidos, verdaderos.

Hay besos que calcinan y que hieren,
hay besos que arrebatan los sentidos,
hay besos misteriosos que han dejado
mil sueños errantes y perdidos.

Hay besos problemáticos que encierran
una clave que nadie ha descifrado,
hay besos que engendran la tragedia
cuantas rosas en broche han deshojado.

Hay besos perfumados, besos tibios
que palpitan en íntimos anhelos,
hay besos que en los labios dejan huellas
como un campo de sol entre dos hielos.

Hay besos que parecen azucenas
por sublimes, ingenuos y por puros,
hay besos traicioneros y cobardes,
hay besos maldecidos y perjuros.

Judas besa a Jesús y deja impresa
en su rostro de Dios, la felonía,
mientras la Magdalena con sus besos
fortifica piadosa su agonía.

Desde entonces en los besos palpita
el amor, la traición y los dolores,
en las bodas humanas se parecen
a la brisa que juega con las flores.

Hay besos que producen desvaríos
de amorosa pasión ardiente y loca,
tú los conoces bien son besos míos
inventados por mí, para tu boca.

Besos de llama que en rastro impreso
llevan los surcos de un amor vedado,
besos de tempestad, salvajes besos
que solo nuestros labios han probado.

¿Te acuerdas del primero...? Indefinible;
cubrió tu faz de cárdenos sonrojos
y en los espasmos de emoción terrible,
llenaron sé de lágrimas tus ojos.

¿Te acuerdas que una tarde en loco exceso
te vi celoso imaginando agravios,
te suspendí en mis brazos... vibró un beso,
y qué viste después...? Sangre en mis labios.

Yo te enseñe a besar: los besos fríos
son de impasible corazón de roca,
yo te enseñé a besar con besos míos
inventados por mí, para tu boca.

Gabriela Mistral












Abre las piernas, amor mío.

Tu voz rozando mi cuello, mis pezones,

mi bajo vientre acongojado por el amor,

se cuela entre los pliegues de mi sexo,

húmedo y estremecido sexo del encuentro.

Abre las piernas, amor mío,

abre esas piernas, hembra mansa,

da un paso más, olvídate de ti.

El viento se detiene en el vértigo,

arranca mi piel en destellos de luz.

Cuando regreso, despeinada y maltrecha,

me sonríes desde la blancura de una página.

Abre las piernas, amor mío,

abre las piernas como para volar,

abre las piernas, amor mío,

demos un paso más…

Del libro "El sexo del amor" de Miguel Oscar Menassa




POESÍA ERÓTICA. TOMÁS DE IRIARTE. Respuesta de Don Tomás de Iriarte a una dama que le preguntó que era lo mejor que hallaba en su cuerpo



















Con licencia, señora, de ese pelo
que en rubias ondas llega a la cintura,
y de esos ojos cuya travesura
ardor infunde al pecho más de hielo;

con licencia del talle, que es modelo
propuesto por Cupido a la hermosura,
y de esa grata voz cuya dulzura
de un alma enamorada es el consuelo,

juro que nada en tu persona he visto
como el culo que tienes, soberano,
grande, redondo, grueso, limpio, listo;

culo fresco, suavísimo, lozano;
culo, en fin, que nació, ¡fuego de Cristo!,
para el mismo Pontífice romano.

jueves, 10 de junio de 2010































martes, 8 de junio de 2010

lunes, 7 de junio de 2010




















Oscuridad.
Darkness, Lord Byron.


Tuve un sueño, que no era del todo un sueño.
El brillante sol se apagaba, y los astros
vagaban diluyéndose en el espacio eterno,
sin rayos, sin senderos, y la helada tierra
oscilaba ciega y oscureciéndose en el aire sin luna;
la mañana llegó, y se fue, y llegó, y no trajo
consigo el día,
Y los hombres olvidaron sus pasiones ante el terror
de esta desolación; y todos los corazones
se helaron en una plegaria egoísta por luz;
y vivieron junto a hogueras - y los tronos,
los palacios de los reyes coronados - las chozas,
los hogares de todas las cosas que habitaban,
fueron quemadas en las fogatas; las ciudades se consumieron,
Y los hombres se reunieron en torno
a sus ardientes refugios
para verse nuevamente las caras unos a otros;
Felices eran aquellos que vivían dentro del ojo
de los volcanes, y su antorcha montañosa:
Una temerosa esperanza era todo lo que el mundo contenía;
Se encendió fuego a los bosques - pero hora tras hora
Fueron cayendo y apagándose - y los crujientes troncos
se extinguieron con un estrépito -
y todo fue negro.

Las frentes de los hombres, a la luz sin esperanza,
tenían un aspecto no terreno, cuando de pronto
los haces caían sobre ellos; algunos se tendían
y escondían sus ojos y lloraban; otros descansaban
sus barbillas en sus manos apretadas, y sonreían;
y otros iban rápido de aquí para allá, y alimentaban
sus pilas funerarias con combustible,
y miraban hacia arriba
con loca inquietud al sordo cielo,
El sudario de un mundo pasado; y entonces otra vez
con maldiciones se arrojaban sobre el polvo,
y rechinaban sus dientes y aullaban; las aves silvestres chillaban,
y, aterrorizadas, revoloteaban sobre el suelo,
y agitaban sus inútiles alas; los brutos más salvajes
venían dóciles y trémulos; y las víboras se arrastraron
y se enroscaron entre la multitud,
siseando, pero sin picar - y fueron muertas para ser alimento:
y la Guerra, que por un momento se había ido,
se sació otra vez; - una comida se compraba
con sangre, y cada uno se hartó, resentido y solo
atiborrándose en la penumbra: no quedaba amor;
toda la tierra era un solo pensamiento -
y ese era la muerte,
Inmediata y sin gloria; y el dolor agudo
del hambre se instaló en todas las entrañas - hombres
morían, y sus huesos no tenían tumba,
y tampoco su carne;
el magro por el magro fue devorado,
y aún los perros asaltaron a sus amos,
todos salvo uno,
Y aquel fue fiel a un cadáver, y mantuvo
a raya a las aves y las bestias y los débiles hombres,
hasta que el hambre se apoderó de ellos, o los muertos que caían
tentaron sus delgadas quijadas; él no se
buscó comida,
Sino que con un gemido piadoso y perpetuo
y un corto grito desolado, lamiendo la mano
que no respondió con una caricia - murió.

De a poco la multitud fue muriendo de hambre;
pero dos
de una ciudad enorme sobrevivieron,
y eran enemigos; se encontraron junto
a las agonizantes brasas de un altar
donde se había apilado una masa de cosas santas
para un fin impío; hurgaron,
y temblando revolvieron con sus manos delgadas y esqueléticas
en las débiles cenizas, y sus débiles alientos
soplaron por un poco de vida, e hicieron una llama
que era una burla; entonces levantaron
sus ojos al verla palidecer, y observaron
el aspecto del otro - miraron, y gritaron, y murieron -
De su propio espanto mutuo murieron,
sin saber quién era aquel sobre cuya frente
la hambruna había escrito Enemigo.
El mundo estaba vacío,
lo populoso y lo poderoso - era una masa,
sin estaciones, sin hierba, sin árboles, sin hombres, sin vida -
una masa de muerte - un caos de dura arcilla.

Los ríos, lagos, y océanos estaban quietos,
y nada se movía en sus silenciosos abismos;
las naves sin marinos yacían pudriéndose en el mar,
y sus mástiles bajaban poco a poco; cuando caían
dormían en el abismo sin un vaivén -
Las olas estaban muertas; las mareas estaban en sus tumbas,
Antes ya había expirado su señora la luna;
Los vientos se marchitaron en el aire estancado,
Y las nubes perecieron; la Oscuridad no necesitaba
De su ayuda - Ella era el universo.

SANTIAGO CARUSO Y SU BESTIALISMO...